La reapertura de la subestación 43-73, en el municipio de Santa Cruz Barillas, Huehuetenango después de nueve años, recuperó la gobernabilidad y fortaleció el diálogo entre los agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) y la comunidad, informó una fuente oficial.
La sede policial de Santa Cruz Barillas, Huehuetenango, cuenta con 32 agentes un mando, para prestar seguridad a 100 mil pobladores. (Foto Prensa Libre: Mike Castillo)
“Durante las primeras semanas (de trabajo) logramos recuperar la
gobernabilidad en el área”, dijo Luis Álvarez, jefe de la subestación, a
la Agencia Guatemalteca de Noticias (AGN).
El 30 de octubre fue reabierta la sede que cuenta con 30 agentes y que, actualmente, trabaja en coordinación con las organizaciones comunitarias y líderes indígenas para mejorar la seguridad.
Desde su llegada, los agentes policiales, encontraron apoyo en los integrantes de las comisiones de seguridad y los Consejos Comunitarios de Desarrollo (Cocodes), para trabajar juntos en la lucha contra la criminalidad en el lugar.
“Se trabaja con las autoridades municipales, los cocodes del casco urbano y de las seis zonas que tiene el municipio, para socializar y fortalecer el trabajo”, expresó el entrevistado.
El municipio cuenta con 100.849 habitantes y el 86,17 de ellos son indígena, según el Censo Nacional de Población y Vivienda, 2018.
Este fin de semana, los agentes policiales se reunieron con “retirados” de las fuerzas armadas del país, que residen en las distintas comunidades de Barillas, para socializar el trabajo que realiza esta institución.
Intensifican operativos
Hace nueve años la PNC fue expulsada de Barrillas en medio de una serie de conflictos sociales en la región. Producto de ello “se incrementaron los índices delincuenciales”, según el Ministerio de Gobernación.
Los agentes realizan patrullajes a pie y con vehículos en las distintas calles y avenidas del municipio, de forma permanente. “Realizamos también operativos de despistolización y en cumplimiento a la Ley Seca que rige en Guatemala”, dijo.
Los patrullajes buscan frenar el consumo y venta de drogas, evitar los robos y hurto de vehículos, además de los hechos de violencia.
“El regreso de la PNC al municipio significa para los pobladores un avance en materia de seguridad ciudadana y gobernabilidad”, puntualizó.
A la fecha, no se reportan capturas, derivado de la inexistencia de una sede del Organismo Judicial, por lo que las personas que incumplen con alguna ley son trasladados a representaciones judiciales de otros municipios de Huehuetenango. AGN bl/
0 Comentarios