La guatemalteca Juana Alonzo llegó a su natal San Mateo Ixtatán, donde fue recibida con música y comida tradicional.
Aunque debieron esperar cerca de 24 horas desde el arribo el domingo de Juana Alonzo al Aeropuerto Internacional La Aurora, luego de haber pasado casi ocho años en prisión injustificadamente en México, más de un centenar de comunitarios de San Mateo Ixtatán, Huehuetenango, recibieron a Alonzo con marimba y festejos en el parque central de la localidad.
Alonzo llegó al país el domingo en horas de la tarde, y emprendió el viaje junto con familiares en un microbús, rumbo al departamento del noroccidente; sin embargo, pasaron la noche en Quetzaltenango y en horas de la mañana de este lunes retomaron el trayecto rumbo a su comunidad.
Desde kilómetros antes de llegar a su municipio, familiares y vecinos de Alonzo se enfilaron en caravana para llegar hasta el parque central, en donde una marimba los esperaba.
Luego de dos horas de festejos, los vecinos la acompañaron hasta su vivienda ubicada en la comunidad de Chakchak’en, a tres dos kilómetros del centro del poblado, en donde fueron recibidos con un arroz en leche y un tamal.
Luego de atender a los medios de comunicación a quienes dijo “estar feliz” por su regreso, atendió a los invitados familiares y llevó a cabo una cena familiar, con el decorado de fondo que le prepararon.
“Fue un tiempo difícil pero ahorita estamos felices”, dijo a Prensa Libre y Guatevisión.
¿Cuáles son los sueños de Juana Alonzo?
Alonzo señala que cuando viajó rumbo a los Estados Unidos en octubre del 2014 su intención era cumplir el llamado “sueño americano” para mejorar las condiciones de vida de su familia, ya que su madre tenía padecimientos y notaba que su padre por su edad ya estaba agotado. Además deseaba que sus hermanos continuaran estudiando.
Sin embargo, expone que se endeudó con alrededor de US$2 mil para viajar, pero sus hermanos que años más tarde migraron hacia EE. UU. pagaron la deuda.
Hoy por la mente de Alonzo solo pasa temor al considerar regresar al país del norte.
“No creo, porque ya tengo miedo de ir, por lo que pasó, y eso ya uno tiene miedo”, dijo Alonzo al preguntarle si buscará migrar nuevamente, a la vez que asegura que por el momento no sabe que hará con su vida al regresar a su comunidad. “Solo Dios sabe”, dijo.
¿A qué se dedican en San Mateo Ixtatán?
Aunque se observan cultivos de maíz, ciruela y de algunas hierbas, en el sitio predominan las casas de más de un nivel, así como algunos hoteles y negocios, que según algunos vecinos que prefirieron el anonimato, se han edificado a través de las remesas que envían los familiares de los comunitarios que se encuentran en Estados Unidos.
“Al cumplir los 18 años, migran”, dijo un vecino.
Alonzo señala que durante su estadía en prisión aprendió a valorar a sus padres. “Cuando uno está encerrada es difícil, cuando va llegando allá no hay jabón, no tienes ropa ni calzado… ahí se valora que cuando uno vive con sus papás lo compran todo”, dijo.
Catarina Santizo, madre de Juana Alonzo señala que se sintió triste y sufrió cuando su hija viajó hacia Estados Unidos ya que se quedó sola, pero aseguró que ahora se siente feliz de tener nuevamente a Juana.
Alonzo señala que fue liberada a través de la mediación de organizaciones y de las autoridades mexicanas, pero añadió que pese a que su detención se dio en el 2014, fue hasta el año pasado que le dieron importancia a su caso, y señala que el sábado cuando le notificaron que saldría de prisión, no lo podía creer.
Su historia
La historia de Alonzo Santizo comenzó en agosto de 2014 cuando, como miles de guatemaltecos, decidió migrar a EE. UU. en busca de mejores oportunidades de vida. El coyote ofreció llevarla hasta ese país, pero ya en Reynosa, fue secuestrada por una banda de traficantes y encerrada junto con otras mujeres en una casa privada donde fueron forzadas a trabajar.
En ese entonces, la migrante guatemalteca no hablaba español, solo chuj, su idioma materno.
En un testimonio que fue recogido por la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh), en México, relata que otras dos mujeres que fueron secuestradas lograron escapar y denunciaron a Alonzo de ser parte de la banda, por lo cual la policía la detuvo en noviembre del 2014 bajo cargos de tráfico de personas.
Sin embargo, la migrante guatemalteca no tuvo nunca acceso a un abogado, ni oportunidad de defenderse porque no entendía de que la acusaban. Según Oacnudh de México, que la visitó en prisión, fue amedrantada, golpeada y obligada a firmar una declaración donde se auto incriminaba el hecho.
Pero Alonzo no tenía ni la menor idea de lo que había firmado, seguía sin saber hablar español y por lo tanto sin poder comunicarse con nadie, no fue sino hasta años después que luego de esforzarse por aprender ese idioma comenzó a entender ciertas palabras y su caso se mediatizó.
La familia se enteró del paradero de Juana hasta 2018. Desde entonces iniciaron una lucha por su liberación con la certeza de que era inocente. La Fiscalía de Tamaulipas nunca acusó a Alonzo y tampoco pidió su liberación. Así se consumieron casi ocho años.
#Ahora | Juana Alonzo, la guatemalteca que permaneció 7 años en prisión en México de forma injusta, es recibida por más de un centenar de comunitarios de su natal San Mateo Ixtatán, Huehuetenango. @prensa_libre @Guatevision_tv pic.twitter.com/3jrWpFRBp7
— Henry Montenegro (@hmontenegro_GTV) May 23, 2022
AMLO celebra liberación
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, celebró este lunes la liberación de la indígena guatemalteca Juana Alonzo, quien volvió este domingo a su país tras estar siete años presa en el norteño estado de Tamaulipas por un delito que no cometió.
“Ya estaban todos los estudios y habían participado instituciones de derechos humanos, (la Secretaría) de Gobernación y también los juzgados en Tamaulipas, y ya se había demostrado que era inocente, estuvo siete años presa, y ya salió, fue liberada el domingo”, indicó el mandatario.
El mandatario reconoció que la detención de la migrante contó con irregularidades, incluida la supuesta firma ilegal de documentos y la falta de un traductor, ya que no hablaba español.
“Cuando ella ingresó, comentábamos que no hablaba bien el castellano, cuando fue internada en el penal en Tamaulipas, entonces esto es lo que tenemos que estar viendo”, manifestó el presidente mexicano.
Comida tradicional se sirvió tras la llegada de la migrante. (Foto Prensa Libre Henry Montenegro) |
Fuente | Prensa Libre
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