Fuente: Huista: Un viaje a través del tiempo (1996) - Elder Exvedi Morales Mérida.
Pues le decÃa, -continuó don Secundino-, la caravana comenzaba desde Santa Eulalia, la tierra de la marimba.
En Paleguá, la aldea más frÃa de Nentón, tomábamos un descanso. También pasábamos por otros lugares de Nentón como Las Palmas y Gracias a Dios. La panela la llevábamos de Barillas. Por todas las comunidades chiapanecas por donde pasábamos, la marimba era tocada con tal de venderla. Las marimbas de Guatemala son las mejores, decÃan los chiapanecos.
El camino era de herradura. Era una gran travesÃa. Caminábamos largos dÃas. Casi siempre compraban la marimba en Comitán. Después de vender la marimba, la sal, la panela y lo demás, comprábamos mercancÃa para traer, como pan, galletas, cigarrillos, fósforos y, sobre todo, el famoso guaro llamado “El comiteco”. Era una gran travesÃa, la ruta de la marimba.
Pasamos de todo. A veces nos quedábamos sin agua y tenÃamos que beberla en jagueyes. Algunos se tomaban sus guaros, peleaban y se separaban.
Años después, supe que en muchas partes de México y Estados Unidos habÃa marimbas hechas en Santa Eulalia.
DÃas aquellos, evoca don Secundino, con evidente nostalgia.
* Don Secundino González, de 90 años de edad, originario de Yichwitz, San Mateo Ixtatán, Huehuetenango.
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