En 1982 RÃos Montt, como parte de su estrategia habrÃa decretado una amnistÃa durante un mes a quienes quisieran abandonar a la guerrilla. Sin embargo antes de que el mes se cumpliera, se reinició la estrategia de arrasamiento en Huehuetenango, precisamente en el municipio de Barillas. Se reinició con una serie de operativos de matanzas parciales en diversas aldeas, combinados con una matanza total en la comunidad de Puente Alto, Barillas, Huehuetenango.
El ejército de Santa Cruz Barillas llego al caserÃo Puente alto, aldea el Quetzal, Barillas Huehuetenango donde miembros del Ejército reunieron a la comunidad, encerraron a los varones en la escuela y a las mujeres y a los niños en la iglesia, separaron a los hombres, violaron a muchas mujeres y mataron a 360 personas.
Los soldados escogieron a las mujeres menores de diecisiete años y las violaron; del grupo de hombres seleccionaron a doce, los sacaron a patadas uno a uno y los ejecutaron a pedradas y machetazos.
Finalmente, ejecutaron al resto de personas usando ametralladoras y granadas y quemaron el templo con gente en el interior, a quienes trataron de escapar, los capturaron con una red y los ejecutaron.
De los 600 habitantes de Puente alto solo 35 de ellos vivÃan en la aldea. La mitad que no fue asesinada escapó al sur de México.
Cuando se firmaron los acuerdos de paz en Guatemala, Canadá brindo la opción de que los refugiados de Guerra viajaran al paÃs del norte con una visa y posteriormente llegar a ser ciudadanos canadienses. Otros regresaron a Guatemala, y muchos optaron quedarse en el paÃs que los acogió, México les dio terreno para sembrar, y una oportunidad de vivir con dignidad.
Pero la mayorÃa no regresó a su aldea natal, en este caso Puente Alto.
Según cuenta Marcelino que actualmente vive en Chiapas México. “Yo tenÃa 10 años, yo y mis dos hermanas vimos como el ejército roció de gasolina alrededor del salón de la escuela y prendió fuego a cientos de personas que estaban dentro todavÃa vivos; eso fue un trauma profundo, el solo hecho de recordarlo y platicarlo todavÃa tiemblo de mucho miedo, ImagÃnese vivir en Puente Alto otra vez, es algo que no puedo hacer”
Mientras Marcelino habla inclina levemente la cabeza se lleva su mano a su rostro para mover las lágrimas gruesas que le brotan de la mejilla , han pasado casi tres décadas y todavÃa el dolor está fresco, es algo que rasga el alma.
Dolores; otra vÃctima recuerda “Llegaron dos soldados a tocar la puerta primero sacaron a mi papa y a mi mama fue algo bonito, ellos dijeron que iban a dar regalos a los niños mientras hay una reunión en la escuela, eran como las 8:30 de la mañana, toda la aldea comenzó a juntarse, todos llegaron con sus niños y estaban muy felices”
“Según las investigaciones el ejército de Barillas habÃa llegado un dÃa antes el 6 de julio para dar la noticia de esa reunión, Diciendo que “El que no asistÃa era acusado como guerrillero” La gente quiso demostrar que las sospechas de participar con los subversivos eran falsas, todos pasaron la noticia de que nadie iba a faltar.”
Fuente | Memorias de lucha en Guatemala masacre en Puente Alto
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